Hambre emocional vs. Hambre real - Gana 100 sonrisas

Lunes 16 de Junio, 2025 -

Por: Jhon Jairo Prado

Hambre emocional vs. Hambre real - Gana 100 sonrisas

La comida está presente en prácticamente todos los escenarios de la vida; en casa, con la familia, en las reuniones de trabajo, cuando quedamos con los amigos. Probablemente sea difícil nombrar alguna situación en la que la comida no sea uno de los protagonistas.

Si queremos celebrar algo, comemos. Si nos sentimos tristes, comemos. Si estamos enfadados, comemos. Hasta si nos sentimos aburridos, ¿qué hacemos? ¡Comemos!

 

 

Y ahora puedes pensar: “yo siempre que como es porque tengo hambre, sino no comería”. Efectivamente, cada vez que tienes hambre comes. Pero, ¿cada vez que comes es porque tienes hambre?. Probablemente no seas consciente de que en algunas ocasiones cada vez que ingieres un alimento, realmente el impulso no sea el hambre, o por lo menos no se trate de un hambre real, sino de un hambre emocional.

 

Hasta aquí estaremos de acuerdo en que hambre real y hambre emocional no son sinónimos; ambos conceptos difieren en los siguientes aspectos:

 

  • Modo de aparición: Cuando tenemos hambre real somos conscientes de cómo aumenta de manera progresiva, mientras que el hambre emocional, aparece de repente, sin previo aviso y parece ser una necesidad que tiene que ser cubierta con inmediatez.

 

  • Alimentos que se consumen: Cuando uno tiene hambre real se come “hasta las piedras” si es necesario. Por el contrario, con el comer emocional, el cuerpo por supuesto que no te va a pedir alimentos sanos y equilibrados sino más bien todo lo contrario, alimentos hipercalóricos.

 

  • Causas: El hambre real es una auténtica necesidad para las personas. Sin comer y beber no podríamos vivir ni mantenernos en buen estado. Sin embargo, el hambre emocional se basa en una “necesidad de llenar un vacío interno”.

 

  • Sensaciones tras la ingesta de alimentos: Lo bien que quedamos cuando después de realizar ejercicio físico comemos y nos sentimos satisfechos, ya que era lo que el organismo necesitaba. No ocurre lo mismo con el comer emocional, ya que las sensaciones que predominan son la culpa, la vergüenza o incluso el arrepentimiento.

 

  • Tiempo de saciarse: El hambre física nos deja saciados durante horas. No ocurre lo mismo con el hambre emocional. Al no tratarse de una necesidad fisiológica, por mucho que comamos, la sensación de hambre volverá a aparecer en poco tiempo.

 

Test hambre emocional.

 

Podemos tomar conciencia de nuestra necesidad por comer realizándonos un sencillo test de hambre emocional. Podemos preguntarnos:

 

  1. ¿Tengo el estómago vacío?
  2. ¿Me comería cualquier cosa en estos momentos?
  3. ¿Hace mucho que he comido?
  4. ¿Necesito realmente comer?
  5. ¿Estoy aburrido y por eso creo que necesito comer?
  6. ¿Me ha pasado algo y no quiero pensar en ello?
  7. ¿Parece que pierdo el control cuando como cosas que me gustan?
  8. ¿No tengo fuerza de voluntad a la hora de no ir a buscar comida?
  9. ¿No me sacio fácilmente?
  10. ¿Pienso constantemente en la comida sobre todo si me ha ocurrido algo malo?
  11. ¿Después de comer cómo me siento?

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