Obsesión por las compras, síntomas de un problema social

Lunes 07 de Julio, 2025 -

Por: JHON PRADO

Obsesión por las compras, síntomas de un problema social

La pérdida de control en las compras no es solo un problema individual, sino el síntoma de una problemática social más profunda. El consumismo —entendido como la adquisición y acumulación de bienes y servicios no esenciales— se ha convertido en el motor principal de una economía que persigue el crecimiento constante, sin cuestionar sus consecuencias humanas y ambientales.

 

Varios factores contextuales ayudan a explicar por qué cada vez más personas pierden el control sobre sus decisiones de compra:

 

  • La inmediatez tecnológica: La facilidad para comprar en línea o a través de tarjetas de crédito ha reducido drásticamente el tiempo entre el deseo y la adquisición. Hoy, basta un clic para satisfacer un impulso.

  • La ilusión de escasez: Descuentos, ofertas y promociones por tiempo limitado o unidades restringidas activan la urgencia de comprar, porque tendemos a sobrevalorar aquello que percibimos como escaso o exclusivo.

  • La comparación constante: Los medios de comunicación y las redes sociales amplifican nuestras oportunidades de compararnos con estilos de vida que muchas veces están fuera de nuestro alcance, alimentando así deseos artificiales.

  • La creación de falsas necesidades: La publicidad no solo promueve productos, sino que construye aspiraciones. Sobrevalora lo material e innecesario, moldeando nuestras decisiones hacia un consumo cada vez más emocional.

  • La obsolescencia simbólica: Las modas aceleran el ciclo de consumo al desvalorizar rápidamente lo adquirido, reforzando el deseo de lo nuevo y perpetuando la insatisfacción.

  • El narcisismo del consumo: En una cultura que sobrevalora la imagen, consumir compulsivamente se convierte en una forma de autocomplacencia y validación del ego.

  • El consumo como estatus: Nuestros hábitos de consumo actúan como señales sociales. A menudo compramos no por necesidad, sino para sostener o acercarnos al estatus deseado, incluso a costa de endeudarnos o renunciar al ahorro. La imposibilidad de consumir amenaza no solo nuestra autoestima, sino también nuestro sentido de pertenencia.

Ante esta realidad, urge pasar de ser consumidores pasivos, aturdidos por el marketing, a ciudadanos conscientes, informados y activos en las decisiones que afectan sus vidas. Recuperar el control sobre qué, cómo y por qué consumimos es, también, una forma de ejercer libertad y responsabilidad.

Comentarios

2 registros encontrados

José Luis Gómez :

Las compras deben ser analizadas si verdaderamente se necesitan o no.

Anónimo:

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